El cuerpo produce vitamina D en la piel y también la obtiene de algunos alimentos. La vitamina desempeña un papel en el mantenimiento de los huesos fuertes y apoya muchas otras funciones corporales.
Muchos dermatólogos recomiendan exposiciones moderadas al sol mientras se usa protector solar para obtener la vitamina. Tomar suplementos de vitamina D también es una opción.
Los
rayos UVB del sol penetran en la piel descubierta y convierten una forma de colesterol en el cuerpo llamada 7-dehidrocolesterol en vitamina D. La vitamina instruye al cuerpo a absorber el calcio y el fósforo, que son importantes para la salud ósea. La vitamina D también es esencial para la función inmunitaria y la regulación del estado de ánimo. Solo unos pocos alimentos, como el aceite de hígado de bacalao, el pez espada, el salmón, las yemas de huevo y el atún enlatado, contienen cantidades significativas de la vitamina, por lo que la mayoría de las personas dependen de la luz solar para obtener vitamina D.
La síntesis de vitamina D del sol está influenciada por la estación, la hora del día, el color de la piel, la latitud, la altitud, la contaminación del aire, la edad y el uso de protector solar. De hecho, los estudios sugieren que los protectores solares con valores de SPF de 15 o más inhiben significativamente la síntesis de vitamina D del sol (23).
El mejor momento para obtener vitamina D del sol es entre el mediodía y el mediodía, cuando los rayos UVB del sol son más fuertes. Sin embargo, es importante recordar que una exposición excesiva al sol puede provocar efectos nocivos como quemaduras solares y cáncer de piel. Por lo tanto, se recomienda que todos se protejan con un protector solar de amplio espectro cada vez que salgan, incluso cuando el índice UV sea bajo. También es importante limitar la exposición cuando el índice UV es alto y volver a aplicar el protector solar con frecuencia.
Beneficios para la salud La
luz solar es la principal fuente de vitamina D en el cuerpo. Se sabe que la vitamina D regula los genes que controlan una variedad de funciones biológicas, incluido el metabolismo del calcio, la función neuromuscular y del sistema inmunológico. También parece promover la reducción de la inflamación en el cuerpo y desempeña un papel en el mantenimiento de niveles saludables de presión arterial.
Muchos problemas de salud están asociados con la deficiencia de vitamina D, incluidos el cáncer, la esclerosis múltiple, la osteoporosis y las enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 1 y la artritis reumatoide. Varios estudios sugieren que los niveles adecuados de vitamina D pueden ayudar a reducir las tasas de mortalidad por cáncer, aunque se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos.
La vitamina D se puede encontrar en algunos alimentos, como el aceite de hígado de bacalao, el salmón, el atún, el hígado de res, las yemas de huevo y la leche fortificada. Sin embargo, es difícil obtener suficiente cantidad de este nutriente solo de los alimentos porque el cuerpo debe convertirlo antes de que pueda ser utilizado.
Las personas que no reciben suficiente sol corren el riesgo de sufrir una deficiencia de vitamina D. Las personas que viven más lejos del ecuador requieren más tiempo al sol para producir vitamina D, ya que los rayos UVB se absorben más fuertemente en el pigmento de la piel, la melanina. Además, las personas confinadas en sus hogares; personas que usan túnicas largas, vestidos o se cubren la cabeza por razones religiosas; y es posible que las personas que usan protector solar de manera rutinaria no sinteticen cantidades suficientes de vitamina D.
La
luz solar es la mejor fuente natural de vitamina D del cuerpo, pero no es la única forma de obtener la vitamina. Los suplementos alimenticios y de vitamina D, que están disponibles en forma de píldoras y líquidos, también pueden ayudar a las personas a alcanzar los niveles recomendados.
La vitamina D se produce cuando los rayos UVB penetran en la piel e interactúan con una proteína (conocida como 7-DHC) para producir vitamina D3. Esta proteína, a su vez, ayuda a que el calcio ingrese al torrente sanguíneo y sea absorbido por los huesos, donde ayuda a fortalecerlos y reducir la pérdida ósea.
Muchos factores afectan la cantidad de vitamina D que la piel puede producir. Por ejemplo, la pigmentación de la piel reduce la capacidad del cuerpo para absorber los rayos UVB, por lo que las personas con tez más oscura necesitan más tiempo bajo la luz solar para producir vitamina D. Además, las personas que viven lejos del ecuador no pueden producir tanta vitamina D, y la capacidad del cuerpo para sintetizar vitamina D disminuye con la edad.
La mayoría de los dermatólogos ahora recomiendan una exposición equilibrada al sol, con una protección adecuada de la piel, para garantizar niveles adecuados de vitamina D sin daño excesivo en el ADN o envejecimiento prematuro. Algunos expertos recomiendan que una persona con piel clara puede maximizar la producción de vitamina D pasando de 10 a 15 minutos al sol dos o tres veces por semana, con los brazos y las manos expuestos.